Usuarios del metro de Santo domingo se quejaron de las molestias que provocan algunos predicadores evangélicos que abordan los trenes de este medio de transporte, principalmente en hora de las mañana, que se dirigen a los demás pasajeros’’ Gritando muy fuerte’’.
Los predicadores irrespetuosos suben al metro a vociferar que todos estamos malditos y condenados.
El artículo 45 de la Constitución impone que el Estado garantice la libertad de conciencia y de cultos, “siempre y cuando se cumplan las leyes y haya sujeción al orden público y respeto a las buenas costumbres”. No hay plan pastoral de la iglesia evangélica que explique el porqué de tantos espacios, los predicadores el metro de Santo Domingo.
Una queja generalizada se escucha entre los usuarios del Metro por las prédicas de esos cristianos, tal es el caso de Ramona Ulloa de León, quien aborda el tren en la Estación Mamá Tingó, se queja del ruido de los evangélicos.
Aduce que de retorno a su casa tras el ajetreo del trabajo, la cantaleta de los evangélicos se convierte en un dolor de cabeza.
Los religiosos han llegado al extremo de no hacer caso a las advertencias de los agentes del Cuerpo Especializado de Seguridad del Metro (CESMET), de desmontarlos del tren, si continúan con el alboroto. Los usuarios piden a las autoridades tomar cartas en el asunto.